Medusa y Cía.
de Roger Callois
María Isabel S. de Espinosa
El autor, Roger Callois, invita al lector a alejarse del antropomorfismo, que llevado a un extremo es un antropocentrismo, para poder acercarse a sopesar los hechos que el mundo de los insectos y el mundo del hombre nos presentan.
Son dos sociedades con un medio de comunicación (lenguaje) entre sus individuos. “La ciencia que busca siempre legitimar la necesidad de la transición, pero…sin embargo que ésta no se tolera más que cuando permanece dentro de ciertos límites de una misma ciencia o de un mismo reino”.
¿No hay, entre ellos, más que analogía engañosa, más que pura y simple metáfora?
Para dar respuesta a esta interrogación crea la “ciencia diagonal” que es una ciencia que busca convergencia. “Una correspondencia entre el comportamiento del insecto y la creencia en el hombre”.
“En el hombre la imaginación reemplaza al instinto, la ficción a la conducta, el terror proyectado por una oscura fantasía, al desencadenamiento automático, fatal, de un reflejo implacable”.
Hay dos temas que agrega a la de la Mantis Religiosa anteriormente publicado: el tema de las alas de las mariposas que sirve para introducir el problema del arte humano y la estética natural y el segundo, el del mimetismo que se presenta como homólogo en el hombre en el travestismo (disfraz), el camuflaje e intimidación.
Con respecto al primer tema va a postular al final que “el despilfarro de color, de dispendio fastuosos (el de las alas de las mariposas) sin finalidad inteligible, es una regla más amplia y más obedecida que el estricto interés vital que el imperativo de conservación de la especie”.
Va delineando la diferencia y las características de ser el autor de la obra y el automatismo del animal y, hace una advertencia “los pintores al alejarse de representar el universo humano… es posible que lo enfrente con la más temible de las competencias: la de la propia naturaleza”.
“Reflexionaron al elegirlo informe, que en las vitrificaciones inmemoriales del profundo laboratorio de las larvas, ¿quién sabe qué sonanbúlica seguridad se había adelantado a su noble y titubeante audacia?”
Con respecto al mimetismo se funda en otro principio de distribución: se funda en la naturaleza del resultado buscado por el animal. Así distingue:
– El disfraz: todo ocurre como si se tratara de una moda… moda lenta, cuyas variaciones se llevan por milenios. Se trataría de establecer en el mundo viviente una ley. Ley de ficción pura, un adiestramiento para hacerse pasar por un otro… una fascinación del otro que hace que se adopte su apariencia.
– El camuflaje: es cuando se reabsorbe al animal dentro del medio en que vive y se le sustrae a las miradas; es asimilación al decorado, al medio, es una búsqueda de la invisibilidad.
Ha sido necesario -dice Callois- forjar la palabra “hipertelia” para designar esa especie de delirio de perfección sin objeto de los insectos.
Lo esencial es la persecución, como vertiginosa, de la invisibilidad por sí misma. También en el hombre la invisibilidad es un deseo permanente, como lo demuestra el folklore con sus capas y sombreros que hace invisibles a quienes los llevan.
Personajes cuya omnipotencia actúa en las sombras. Entonces… a la sorpresa se une el espanto y el adversario es vencido de antemano. La invisibilidad no tiene otro objeto que asegurar el éxito de una tremebunda y súbita aparición.
El camuflaje prepara para intimidación. El ojo es el que tiene el privilegio de desempeñar el papel de máscara en el carnaval de la naturaleza “no son ya ojos, sino apariciones sobrenaturales, como surgidos del más allá, enromes, ciegos, impasibles, fosforescentes: tal es el poder fascinador de los ocelos”.
El comportamiento del insecto explica la mitología del hombre: el mal de ojos, la invención de criaturas paralizantes o mortales como la gorgona, el cataplebo, el basilisco y otras.
De nuevo, el paralelo se repite, del ocelo a la mirada de la gorgona, del espanto de la oruga o la mariposa al trance del hechicero; todo lleva a preguntarse por la máscara.
La máscara que toda la Humanidad ha llevado y lleva, que ese hombre podría afirmar a justo título como Descartes “me adelanto enmascarado”.
No hay más que una sola naturaleza. “El éxito del hombre, o su desgracia, es quizás, haber introducido un poco de juego en el inmenso engranaje”.
Así termina este libro de agradable e inquietante lectura y que
Jacques Lacan nombra en el Seminario 11
“Los cuatros conceptos fundamentales para el
psicoanálisis”.
MEDUSA Y CIA. Pintura, Camuflaje, Disfraz y
Fascinación
en la naturaleza y el hombre. Roger Callois.
Trad. Manuel F. Delgado – DE. Six Barral S. A. –
Barcelona- 1962